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6 días de aventura en altura: Cerro Pintor, Leonera y cumbre del Plomo

  • Camila Abumohor
  • 18 mar 2017
  • 9 Min. de lectura

Hace ya varias semanas que empezamos a hablar sobre realizar una travesía que incluyera el Cerro Pintor, Cerro Leonera y Cerro el Plomo. Por fin se terminaron mis clases para poder llevar la idea a cabo. Sentí un poco de nervios ya que serían 6 días caminando con mochila, en altura, después de terminar agotada de la universidad, pero el impuso siempre fue mayor a cumplir los objetivos planeados. Sin pensarlo demasiado, hicimos el itinerario, ordenamos nuestras cosas y partimos en nuestra aventura.

Día 1: Laguna Piuquenes

Partimos caminando desde la base del andarivel Las Águilas a eso de las 19hrs, nos pusimos las mochilas (más cargados que la cresta) y comenzamos a caminar, para estar en la Laguna Piuquenes después de 1 hora y media de caminata. Una gran diferencia hacer ese tramo con mochila pesada, pero de todas formas la hicimos rápido.

En el camino alcanzamos a un Argentino que estaba aclimatando para subir el Cerro Marmolejo. Alguien le había dicho que no había nada de agua estando arriba, el pobre llevaba más de 7lts de pura agua, cargado hasta el cuello con todo su equipo.

Nunca deja de sorprender esa vista que uno alcanza para mirar hacia la Laguna, sobretodo llegando en la tarde-noche cuando los colores anaranjados de la tierra y la nieve se acentúan mucho más. En su nombre, una pareja de Piuquenes limpiaban sus plumas y se relajaban desde la orilla; les saqué una foto pero parecen dos pixeles feos (típico). Instalamos el campamento e hicimos unos gnoquis con salsa que quedaron exquisitos, después de eso nos acostamos temprano.

Día 2: Cumbre Cerro Pintor y Cancha Carreras

Nos levantamos a eso de las 7am con el sol entrando por la carpa y ganando calor. Típicas cosas que no te dejan seguir durmiendo cuando estás afuera. Tomamos desayuno, el mismo desayuno que tomaríamos todos los días (Chocolate caliente con avena y una barrita de cereal). Ordenamos nuestras cosas y tipo 9am ya estábamos caminando hacia la cumbre del Cerro Pintor. El acarreo hacia el Falsa Parva fue algo matado, sobre todo sin haber calentado antes de empezar a subir, pero en poco menos de una hora ya estábamos arriba y rumbo a nuestro primer objetivo. Paramos en el refugio antes de la cumbre para tomar jugo y comer algo (el refugio está bien cuidado, con suministros dentro y muy limpio).

En la última subida hacia el Pintor, empezó a correr un viento cuático! Tan cuático que a veces me costaba avanzar y sentía que los bastones se me iban para cualquier lado jaja. Maldito viento hizo que las correas de la mochila me pegaran en la cara repetidas veces, me dolió harto. Después de caminar 3 horas desde la Laguna Piuquenes, llegamos hacia la cumbre del Cerro Pintor (4180 msnm). Antes de eso nos quedamos conversando con un par de Puconinos muy máquinas que estaban preparando su examen para certificarse como guías de montaña y estaban haciendo la misma travesía que nosotros.

Estuvimos un rato en la cumbre aprovechando la señal de celular, hablamos con nuestras familias y luego partimos hacia Cancha Carreras.

Como siempre, una maravilla el paisaje por esos lados, y una gran vista a los dos objetivos que nos quedaban; Cerro Leonera y Plomo!

Llegamos cerca de la meseta antes de subir al filo del Leonera. Después de instalar todo, nos sentamos a hacer almuerzo. Una vez más Gonzalo se lució con sus comidas, preparando unas pseudo pizzetas que quedaron exquisitas, perfectas para reponer energía. Con esta comida y el hermoso paisaje, nada podría ser mejor!

Durante la tarde descansamos, paseamos en los alrededores, y aproveché de dormir. Gonzalo trajo un oxímetro y mi saturación siempre fue patética durante todos los días que estuvimos en altura (en un rango de 77 a 85), con una frecuencia cardiaca muy variante, pero me sentía demasiado bien. Por otra parte, Gonzalo estaba como si nada, parecía chivo de toda la energía que tenía y lo bien que se sintió siempre jaja; una máquina!

En la tarde me fui a caminar hacia antes del filo del Leonera, me hice un té y lo llevé conmigo. Fui a buscar a Gonzalo que estuvo toda la tarde caminando por allá. Pasamos la tarde ahí hasta que se levantó mucho viento, se nubló y empezó a hacer mucho frío. Esa noche fue la única en donde realmente sentí frío estando dentro de la carpa y saco.

Día 3: Cumbre Cerro Leonera

Hoy estuvimos de aniversario de pololeo, y Gonzalo me despertó cada una hora, desde las 3am hasta las 7 de la mañana para ver si bajaba un poco el viento para partir hacia la cumbre del Cerro Leonera. Por el viento y frío, pospusimos la cumbre durante la madrugada hasta que salió el sol. Total, teníamos toda la mañana por delante y ya cachábamos el comportamiento de las nubes (mañana despejada, subían a las 11 aprox, y a las 12-13hrs bajaban para nublar toda la cumbre). Me sentía algo adolorida de la espalda mientras subía, se siente harto la altura a pesar de dar pasos más cortos, todo más lento y dando descansos. Mientras, Gonzalo máquina iba perfect como si nada jaja. Después de poco menos de 4 horas medias sufridas, con muchísimo viento y frío, llegamos a la cumbre del Cerro Leonera (4954 msnm). Cabe destacar que llegué con las manos congeladas de puro pava, y todo mi momento de cumbre lo pasé en posición semifetal descongelando la punta de los dedos. Una idiotez mía por no ponerme los guantes gruesos antes de la última subida y solo andar con los linner. Al menos es algo que no pasará otra vez. No sé cuánto nos demoramos en bajar, sólo sé que me empecé a marear un poco mientras lo hacíamos y no la pasé tan bien, pero Gonzalo se quedó conmigo todo el rato y fue muy tierno.

Cuando llegamos al campamento, comimos un puré con atún maravilloso, después de eso me quedé dormida (para variar). Picoteamos maní y jugamos cartas (empatamos, milagrosamente no perdí jaja), para después recibir la cena de aniversario (más bien picoteo jaja, porque nos quedamos dormidos súper temprano).

Qué cosa más buena y rica!! Sobre todo después de hacer una linda cumbre! Choritos al merken con galletas y tortillas con queso fundido! Perfecto para reponer e irse al tuto más rico de todos; sabiendo que fue un día la raja.

Durante la tarde nos quedamos mirando las hermosas nubes, conversamos, vimos el paisaje otro rato (nunca es suficiente) y nos fuimos a dormir.

Me desperté en la noche con unas ganas horribles de ir al baño, a pesar de todos los esfuerzos me tuve que levantar. Apenas abrí la carpa me encontré con las estrellas más bellas que he visto en mi vida + el silencio inmenso de una noche sin viento ni frío. A lo lejos, una tormenta eléctrica iluminaba el cielo en un destello cuático cada cierto tiempo.

Me metí de nuevo en la carpa, y me quedé mirando para afuera hasta que Gonzalo se despertó y juntos miramos las estrellas. Fue un momento demasiado rico.

Día 4: de Cancha Carreras a Federación

Nos despertamos tranquilos con la luz del sol entrando por la carpa. Eran eso de las 7 am y no existía apuro alguno. Curiosamente no corría nada de viento y estaba totalmente despejado. El único ruido que se escuchó fue una pareja de Piuquenes volando cercano a los 5000 msnm, rompiendo el cielo con su aleteo y sonoro llamado.

Gonzalo nuevamente se llevó el premio al mejor cocinero y pololo montañés con el desayuno más rico de la vida en un lugar así jaja. Unos huevos revueltos de sus gallinas junto con las tortillas que sobraron de ayer. Que cosa más buena!

Tomamos sol, arreglamos nuestras cosas, y a eso de las 11am partimos caminando hacia Federación. Para quien le sirva: durante el filo hacia la cumbre del Leonera, hay una bifurcación; o se sube por un paso de roca (hacia cumbre Leonera), o se sigue derecho por el camino marcado (que llega a Federación). De ahí se baja por el acarreo (20 min aprox) siguiendo los monolitos hasta bajar entre los neveros.

Tipo 13:30hrs estábamos armando campamento en Federación. Ese día fue solo vegetar, caminar por Federación, Gonzalo caminó hasta la Hoya, yo dormí (para variar un poco más jajaja), me hidraté bien, almorzamos y comimos rico, revisamos nuestro equipo y después a dormir para el gran Plomo en un par de horas!

Día 5: Cumbre Cerro el Plomo y Laguna Piuquenes

A las 12am ya estaba despierta, sintiendo nervios y ansiedad por empezar a caminar. Habíamos quedado en despertarnos a las 1am para partir a caminar a las 2am. Desperté a Gonzalo para ver si quería empezar antes y me mandó a volar jajaja, pobre, con todo lo que me ha tenido que soportar y además lo despierto jajaja. No pude dormir en toda esa hora.

A las 2:30am ya estábamos caminando. La verdad iba en modo mega zombie, caminando a un ritmo que denominé “pasito hacedor de cumbres”, porque iba tan pero tan lento, que sentía que no gastaba energía, no se me aceleraba el corazón, y mi respiración se coordinaba demasiado bien. Cada vez que me daba por ir más rápido (porque podía), decía en mi mente “pasito hacedor de cumbres, pasito hacedor de cumbres”, y disminuía el ritmo jaja. Pensé tantas cosas sin sentido para no pensar en el frío que hacía, que ahora me da risa de cómo pensé en semejantes estupideces jaja. La noche estaba maravillosa, sentí que estaba al lado de las estrellas.

En algún momento (no llevé reloj) paramos en el Refugio Agostini a abrigarnos un poco más, empezó a correr demasiado viento y bajó mucho la temperatura. Tanto, que mis mocos quedaban congelados al poco rato de sonarme en el guante (por dios que soy mina).

Empezó a amanecer cuando estábamos a algunos metros de la Pirca del Inca, donde hace un año atrás me apuné y no pude continuar. Todo este año me sirvió para ganar mucha experiencia. Me di cuenta que el año pasado no estaba preparada mentalmente ni tenía la madurez de montaña para subir este gran y hermoso cerro.

Cruzamos el glaciar Iver, aún muy ñurda con el uso de crampones y marcha con piolet, pero feliz de poder aplicar y ganar experiencia (sobre todo estando con alguien con mucha más experiencia a mi lado, que me da mucha confianza en todo momento). Al final, de esto se trata todo; estudiar, aprender, aplicar e ir mejorando.

Sólo quedaba una subida más, Gonzalo que iba como avión, como si estuviera a 600 msnm, subió con un grupo que preparaba una expedición al Nevado Ojos del Salado y me esperó arriba antes de llegar a la cumbre. En esa última subida, con el peor acarreo de la vida, con un viento que me botó 7 veces, que me comió las piernas, que casi me hace llorar de frustración por estar tan cerca, pero sentirme tan lejos; fue como ver todos los obstáculos de la vida, en donde hay que pararse una vez más y seguir insistiendo. Pensando en eso, pensando en todas las cosas por las cuales he pasado en mi vida, fue motivación suficiente para finalmente llegar arriba y llorar como una nena apenas terminó esa subida. Un grito de emoción y un lloriqueo de cabra chica feliz que se acabó cuando se me fue el aire y sentía que me ahogaba jajaja. Igual nadie me quitó la sonrisa!

Gonzalo me estaba esperando unos pasos más allá, para caminar juntos y conquistar la cumbre del Cerro el Plomo (5424 msnm) casi de la mano.

Después de caminar 6 horas, con mucho frío y viento, logramos la última cumbre de esta fantástica travesía! Y ahora solo quedaba bajar!!

Después de varias horas de bajada, llegamos al campamento, descansamos un rato, almorzamos, dormí otro rato y nos pusimos a ordenar todo para llegar lo más abajo que podíamos ese mismo día. Me quise suicidar todo el camino; estaba agotada, mis dos dedos gordos de los pies estaban hechos pebre (entre congelamiento leve + todos los puntetes que le pegué a las rocas). Este día caminamos 15 horas, hasta que llegamos a la Laguna Piuquenes.

En un momento estaba tan cansada e idiota, que mandé a Gonzalo a la cresta porque se supone que sólo llegaríamos a Piedra Numerada este día. Me chanté justo antes de la última subida antes de llegar a la Laguna Piuquenes, pataleé mucho hasta que se me pasó la maña y llegamos a dormir arriba. Nunca en mi vida había estado tan pero tan agotada. Gonzalo llegó antes y tenía la carpa armada. Yo llegué a desmayarme y despertarme hasta el día siguiente.

Día 6: Laguna Piuquenes a Santiago

Nada que decir, nos despertamos y bajamos al tiro. La experiencia fue la raja! Nos tocaron días hermosos, algunos minutos nos nevó, hubo desde días con mucho frío y viento a días calurosos totalmente despejados

Nunca podré agradecerle lo suficiente a Gonzalo por lo bien que se portó. Definitivamente el mejor del mundo!! Desde soportar mis pataletas, a estar 6 días sin ducharnos, a soportarme 1 año entero con todas mis pifias incluidas jaja. Maravillosa experiencia, más feliz no podría estar de haber hecho todo lo que logramos en los tiempos que nos propusimos. Pronto habrán más aventuras en las alturas, pero ahora a descansar y reponer los 2,5 kgs de peso corporal perdidos (5 kgs perdidos de Gonzalo).

 

CAMILA ABUMOHOR | Médica veterinária

Soy amante de los deportes outdoor. Practico trekking desde hace años y hace poco más de un año estoy ingresando al mundo de alta montaña, kayak, escalada en hielo y deportiva. Suelo salir muchísimo y combinar todas mis pasiones.

Soy veterinaria, amante de los animales y organizo salidas grupales con perros, asique también podrás encontrar información y guías del cuidado de tu mascota.

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